Desde el punto de vista del disfrute, esta época está muy bien ya que los parques están llenos de flores y organizan múltiples actividades, y los horarios de las visitas en muchos casos se alargan; por ejemplo, la torre Eiffel y Disneyland Paris abren hasta las 12 de la noche.
Si te animas, añade también un bañador o bikini, y disfruta de la playa urbana que se instala junto al Louvre o de una piscina pública en el Sena (Josephine Baker, junto a la pasarela Simone de Beauvoir).
De hecho, es algo tan habitual que los jardines de Marte junto a la torre Eiffel se llenan al atardecer de parisinos y extranjeros que disfrutan de una cena al aire libre mientras que ven el atardecer y cómo se ilumina la torre.
Pero no todo es bonito, también hay una clara desventaja: gente por todas partes y colas interminables en los museos.
Así que sólo es cuestión de sopesar los pros y los contras :)
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